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Hoy te traemos un recorrido por la realidad de las chicas trans en el ambiente sexual argentino. Un mundo que cambió un montón en los últimos años y que tiene más matices de los que te imaginás. Desde las redes sociales, apps de venta de contenido, sitios de escorts trans y hasta páginas de citas.

Un laburo en un país complicado

Seamos sinceros, en Argentina conseguir trabajo digno es un desafío para cualquiera, pero si sos una mujer trans, la cosa se complica el triple. Muchas pibas terminan en la industria sexual no tanto por elección sino por necesidad:

  • La escuela muchas veces es hostil y las pibas abandonan temprano
  • Las familias que te echan de casa cuando todavía sos una pendeja
  • Empleadores que te miran raro en la entrevista y nunca te llaman
  • Y esa sensación de que la sociedad te empuja a determinados laburos

Como dijo una activista trans porteña: «No es que elegimos la prostitución, es que la prostitución nos eligió a nosotras cuando nadie más lo hizo».

Del laburo en la calle a reinar en OnlyFans

La movida digital cambió todo, y las chicas trans argentinas lo captaron al toque:

Las reinas del contenido online

OnlyFans y plataformas similares se convirtieron en un golazo para muchas:

  • Podés laburar desde casa, sin exponerte en la calle
  • Armás tu propio horario (¡chau a morirte de frío en una esquina a las 3 AM!)
  • Las lucas pueden ser muy buenas, especialmente si tenés seguidores extranjeros que pagan en dólares
  • No hay cafishios ni nadie que te saque tajada (bueno, salvo la plataforma y la AFIP… si declarás, claro)

Como dice Samantha, creadora de contenido trans de Córdoba: «Antes me llevaba $5000 por noche con suerte y mucho riesgo. Ahora puedo facturar 1500 dólares al mes sin moverme de casa y eligiendo qué mostrar y qué no».

La movida webcam

El camming también prendió fuerte:

  • Transmitís en vivo y la gente te tira propinas
  • Se arma una comunidad de fans que vuelven a verte
  • Los shows privados son donde está la joda y las mejores propinas
  • Te ahorrás el «che, ¿hacés servicio completo?» de las apps de citas

Las apps y sitios de encuentros

Grindr, Divas y otras apps específicas revolucionaron la forma de contactar clientes:

  • Podés filtrar a los giles pesados antes de encontrártelos
  • Charlás condiciones y precios antes de moverte
  • Se reducen (un poco) los riesgos de seguridad
  • «Le podés sacar la ficha a alguien antes de meterte en su auto», como dice Lorena, una trabajadora sexual trans de La Plata

El laburo en la calle: una realidad que persiste

A pesar de todo lo digital, muchas pibas siguen en la calle, especialmente en:

  • Palermo, Constitución y Once en Buenos Aires
  • Pichincha en Rosario
  • Zonas específicas en ciudades como Córdoba, Mar del Plata y Mendoza

La calle tiene sus propias reglas:

  • Los riesgos son más altos: desde clientes violentos hasta la yuta que te cae
  • La solidaridad entre compañeras es clave para sobrevivir
  • Las tarifas suelen ser más bajas que en lo virtual
  • Pero tenés la plata en el momento, sin esperar transferencias ni depender de internet

«En la virtual capaz ganás más, pero acá la plata es ya, y cuando tenés que pagar el alquiler, no podés esperar a que OnlyFans te deposite», explica Vanessa, que trabaja en la zona roja de Constitución.

Los números de la movida

Hablando de guita, la cosa varía un montón:

  • Las más exitosas en plataformas digitales pueden levantar entre 500 y 3000 dólares por mes
  • En servicios presenciales premium, algunas chicas cobran entre $15.000 y $30.000 por encuentro
  • En la calle, las tarifas suelen ser mucho más bajas, entre $5.000 y $10.000 por servicio básico

Ojo, estos números tienen su contracara:

  • La irregularidad de ingresos es tremenda (podés tener un mes genial y al siguiente, nada)
  • Cero beneficios sociales ni obra social
  • Nada de aportes jubilatorios
  • Y la constante presión de «aprovechar mientras sos joven»

¿La sociedad las acepta más? Sí, pero…

Argentina avanzó bocha en temas de diversidad:

  • La Ley de Identidad de Género fue revolucionaria
  • El cupo laboral trans existe (aunque se cumple más o menos)
  • En los medios ya no son solo el chiste fácil

Pero no nos engañemos, todavía:

  • Te miran raro en muchos lugares
  • La violencia transfóbica sigue al orden del día
  • Muchas familias siguen dándoles la espalda
  • Y los prejuicios contra las trabajadoras sexuales se mantienen bien firmes

Como dice Marlene, activista trans de La Matanza: «Ahora nos saludan en el Día del Orgullo, pero al otro día seguimos sin poder alquilar un departamento cuando decimos a qué nos dedicamos».

La cosa cambia según quién sos y de dónde venís

No todas las mujeres trans la viven igual en este ambiente:

  • Si sos de Capital Federal tenés más opciones que si sos del conurbano o del interior
  • Si pudiste acceder a tratamientos hormonales y cirugías, generalmente tenés más chances
  • Si terminaste la escuela o tenés algún estudio, podés diversificar tus ingresos
  • Si sos racializada (morocha, indígena) enfrentás más discriminación
  • Y si tenés una red de apoyo, todo es más llevadero

Para cerrar

La presencia de las pibas trans en la industria sexual argentina es un reflejo de nuestra sociedad: contradictoria, en cambio, con avances y con un montón de cosas por mejorar.

El verdadero progreso no será solo que las aceptemos en la industria del sexo, sino que cada una pueda elegir libremente su camino sin que la sociedad las empuje a un solo sector. Mientras tanto, valoremos su resistencia y reconozcamos que están abriendo caminos en un país que todavía tiene mucho por aprender sobre diversidad.

Como dice Sofía, de 32 años: «No quiero que me aplaudan por ser trabajadora sexual, quiero que me den las mismas oportunidades que a cualquier otra persona. Y mientras tanto, me las arreglo con lo que tengo y con la cabeza bien alta».

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